Asesinos y violadores a la calle

4 mayo, 2017 admin Novedades .

El fallo de la Corte, que abre la posibilidad de liberar a los genocidas condenados por delitos de lesa humanidad, es la contracara del pedido de “reconciliación” de la Iglesia.

La decisión injustificada de tres jueces del máximo tribunal de Justicia del país de aplicar una ley ya derogada, como la del dos por uno, a los delitos cometidos por el Terrorismo de Estado que son imprescriptibles y no amnistiables sólo puede entenderse en un contexto de retroceso de los derechos humanos y de avanzada de una política negacionista y proclive a garantizar la impunidad de los genocidas.

No deja de llamar la atención que, en un momento en el cual la sociedad reclama “mano dura” y se advierte el endurecimiento de las políticas respecto al otorgamiento de la libertad condicional, se recurra a argumentos tan endebles para justificar que estos asesinos, que secuestraron, violaron, torturaron, desaparecieron, tiraron personas vivas al mar, robaron a niñas y niños, y cometieron otros tantos delitos aberrantes, puedan volver a pasear muy tranquilos entre nosotros por la calle.

Parece necesario repetir que la mencionada ley del 2×1, que computaba dobles los días de detención a quienes no tenían sentencia firme, y que fue sancionada para poner un parche a la endémica crisis carcelaria en los noventa, no puede ser utilizada en este caso porque no se trata de delitos comunes sino de violaciones a los derechos humanos y porque, además, al permitir la reducción de las condenas, supone una virtual “amnistía” de los genocidas.

En sintonía con esta avanzada a favor de la desmemoria, la Conferencia Episcopal argentina habló una vez más de la necesidad de lograr “un encuentro” o reconciliación de los argentinos e invitó a dialogar a las partes en conflicto, es decir, tanto a los familiares de los desaparecidos como a los responsables del Terrorismo de Estado, en una versión aggiornada de la teoría de los dos demonios.

Ante este cuadro de situación, seguimos planteando que el único camino posible para saldar las cuentas del pasado es la concreción de los juicios de lesa humanidad que, en la actualidad, están sufriendo numerosas demoras y postergaciones por diversos motivos. Los que venimos luchando hace de más de 40 años sabemos de avances y retrocesos en esta búsqueda incansable por Verdad, Memoria y Justicia y no vamos a parar hasta lograr que los responsables de este genocidio cumplan sus condenas en cárceles comunes.