Basta de impunidad para los inundadores

30 abril, 2016 admin Novedades .

Este 29 de abril se cumple otro aniversario de la más trágica catástrofe hídrica que haya sufrido Santa Fe en su historia, sucedida en 2003. Por ende, también se cumple un año más sin justicia por una inundación evitable que provocó, en el momento, la muerte de 23 personas, pero se llevó la vida de 125 más en los años posteriores, como consecuencia de las secuelas físicas y psíquicas.

Si nos resulta difícil no conmovernos al recordar las imágenes dantescas de las aguas del río Salado cubriendo la ciudad hasta los techos de las casas, las personas empapadas escapando con lo puesto, la búsqueda desesperada de los familiares de los desaparecidos, la mirada perdida de los inundados ante el despojo de sus hogares, podemos imaginar que esas cifras son apenas atisbos del verdadero drama social.

A 13 años de estos hechos, ni siquiera han sido condenados los únicos funcionarios públicos que fueron procesados por estos crímenes en la justicia penal. El ex intendente de Santa Fe, Marcelo Álvarez, el ex ministro de Obras Públicas, Edgardo Berli, y el ex director de Hidráulica, Ricardo Fratti, aguardan que los jueces definan sobre el último pedido de prescripción que presentó la defensa. Están acusados por estrago culposo, agravado por la muerte de 18 personas, mucho menos de las 23 que se contabilizaron oficialmente y muy lejos de las cientos de muertes estimadas por los organismos de Derechos Humanos.

La lentitud de la Justicia es exasperante e incomprensible, pero mucho más indignante es el cerco de protección para con el máximo referente político de la provincia por aquel entonces, el actual senador Carlos Reutemann, que ni siquiera tuvo que presentarse a declarar.

Es por eso que seguimos exigiendo justicia por este crimen hídrico que podría haberse evitado si los encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos y ciudadanas de Santa Fe hubieran cumplido mínimamente con su trabajo. Ya ha sido más que probado que las aguas del río irrumpieron con furia en la ciudad, arrasando todo a su paso, afectando sobre todo el sector más vulnerable de la población, porque fue dejado inconcluso justamente un muro defensivo contra inundaciones que lo desvió de su curso habitual.

El reclamo de castigo a los responsables de la inundación es por todas las víctimas, las que murieron en esos días aciagos, las que perdiendo la vida tiempo después, como así también por las más de 130 mil personas que vieron cómo el esfuerzo de toda su vida era arrastrado y destruido por el Salado. Hoy más que nunca la consigna es Nunca Más una catástrofe hídrica por negligencia política.