Una mujer que desafió el poder e hizo historia

7 mayo, 2019 admin Novedades .

Se cumplen 100 años del nacimiento de Evita, un ícono de la lucha por los derechos de las mujeres y las personas más vulnerables. Su vida y su obra, más vivas que nunca, transformaron la realidad política y social de nuestro país.

Creo que lo que sintetiza la importancia que tiene Evita en la historia argentina es que, precisamente, a 100 años de su natalicio la memoria social sobre su figura sigue intacta, joven y vital como la imagen que se ve en las fotografías blanco y negro que la retratan en su mejor momento. Ni sus incondicionales seguidoras y seguidores, ni sus más fanáticos detractores, a pesar suyo, la olvidarán jamás, y tampoco las nuevas generaciones. Constituye un mito que crece con el paso del tiempo, se actualiza y adopta nuevas formas.

Esa joven de Junín, que se marchó a la Capital para probar suerte, llegó a convertirse en una de las políticas más relevantes del siglo XX. Para mí, su breve e intensa vida y su magnífica obra simbolizan las conquistas del pueblo trabajador, la reivindicación de la mujer como sujeta política, la dignidad de las personas que menos tienen y la posibilidad concreta de la justicia social. La frase que la inmortaliza cada vez que se pronuncia, “Si Evita viviera sería…”, más allá de la ficción especulativa o de la historia contrafáctica, da cuenta de su complejidad, de su múltiples identidades, que la convierten en la abanderada de luchas tan diversas, pero siempre vinculadas a la ampliación de los derechos.

Se atrevió a enfrentar a los grupos y sectores más poderosos y conservadores del país, como la Iglesia, el Ejército y la oligarquía nacional, convencida de que, ante las múltiples necesidades insatisfechas del pueblo, el Estado debía intervenir para proteger a los sectores menos favorecidos. Desde su Fundación, llevó adelante una inmensa tarea solidaria que buscó dar respuesta a la cantidad de pedidos que les llegaban de todo el país. Se repartían juguetes, zapatos, máquinas de coser, órdenes de internación, muletas, becas, dentaduras postizas, abrigo y medicamentos, por nombrar algunas cosas. Promovió la creación de escuelas, hospitales, hogares, colonias de vacaciones y centros recreativos que tuvieron como finalidad garantizar derechos fundamentales.

Si bien es muy conocido su rol destacado en la batalla para conseguir el voto femenino, no lo es tanto que impulsó y llevó a cabo la creación del Partido Peronista Femenino, un espacio que permitió a las mujeres encontrarse y pensarse a sí mismas sin la presencia de esposos, padres, hermanos o amantes y que alentó una activa participación de estas en la vida política. No es difícil imaginar como todo esto generó el amor incondicional de una clase postergada, que la llamó Santa y que la idolatró por haber encarnado el ideal de una patria para todas y todos y, al mismo tiempo, el odio visceral de aquellos que sintieron, y aún sienten cada vez que se reclama por los derechos adquiridos, que sus privilegios son amenazados. Hoy, a pesar de los intentos de borrarla de la memoria histórica, Evita sigue viviendo en nuestros corazones.